En la Ribera del Júcar, Aurelio García y Micaela Rubio trabajan con viñedos históricos que reflejan la esencia del terruño conquense. Con prácticas sostenibles y respeto por las tradiciones, elaboran vinos auténticos que destacan por su frescura y carácter.

En la Ribera del Duero, Aurelio García elabora vinos únicos a partir de viñedos antiguos situados entre 850 y 1.000 metros de altitud. Estas parcelas, caracterizadas por su clima continental extremo y sus suelos calcáreos con zonas de arena y arcilla, permiten la expresión auténtica de variedades como el Tempranillo, el Albillo Mayor y la Garnacha. Cada vino refleja frescura, estructura y una elegancia inconfundible, conectando con la tradición de esta histórica región vinícola.

En la Sierra de Gredos, Aurelio García cultiva viñedos singulares situados a más de 1.100 metros de altitud, donde la Garnacha encuentra su máxima expresión. Estas microparcelas, compuestas por cepas de más de 80 años, se desarrollan en un entorno único de suelos graníticos que aportan frescura y mineralidad. El clima de montaña, con temperaturas moderadas y grandes contrastes térmicos, permite elaborar vinos elegantes, complejos y profundamente conectados con el terruño.